Durante décadas se podía garantizar cosechas ascendentes con el uso de productos fitosanitarios. No obstante con el aumento del uso, también aumentan las resistencias de organismos dañinos. El efecto real de los fungicidas, insecticidas y herbicidas se estancan. Cada vez está más limitado el uso de productos fitosanitarios y son menos efectivos.
Además la población quiere cada vez menos aplicaciones de productos fitosanitarios quimicos y las nuevas metas de salud y de medio ambiente exigen una fuerte reducción.
PÖTTINGER acepta este reto e incorpora en la gama de productos las máquinas de cuidado de cultivo mecánicas para una explotación sostenible, específica de explotación y de ubicación.
Una meta principal del cuidado de cultivo mecánico es fomentar el crecimiento de las plantas. Para ello se debe reducir al mínimo la maleza y las malas hierbas. Una alta presión de maleza puede tener los siguientes efectos:
Reducción de cosecha, hasta la pérdida total
Cosecha y semilla contaminada
Condiciones de cosecha difíciles y caras
Con el uso de las máquinas de cuidado de cultivo existe la posibilidad de evitar altos gastos de producción y gastos derivados.
Una exitosa regulación mecánica de la maleza depende de varios factores. Un rol importante está en la planta de cultivo, las condiciones de suelo y meteorológicas así como los parámetros de la máquina.
Una planta de cultivo sana y vital depende del óptimo momento de siembra, de la calidad de la semilla, así como del método de siembra perfectamente adaptadado a la planta. La intensidad y el momento de tratado depende fuertemente del estado de desarrollo de la planta.
El tipo de maleza y su propagación es importante en la elección de la máquina de cuidado de cultivo adecuada. Los ajustes correspondientes de las herramientas se deben adaptar al tipo de maleza y su tamaño.
Las máquinas mecánicas de cuidado del cultivo se deben ajustar de forma óptima a las condiciones específicas de ubicación.
Entre las condiciones de suelo dominantes cuentan el tipo de suelo, la naturaleza del suelo y la húmedad del suelo. Dependiendo de eso, se determina la intensidad de trabajo y el momento de tratamiento. Las piedras y el laboreo del suelo previo son importantes para la elección de las herramientas.
La duración del tratamiento también se debe adaptar a los parámetros que no son cambiables. Estos son las condiciones meteorológicas como la temperatura exterior y del suelo, las precipitaciones, el sol y el viento.