Lo que empezó en 1871 como un pequeño taller con una idea sencilla en Grieskirchen, Austria, es ahora el fabricante de maquinaria agrícola PÖTTINGER, con cuatro plantas de producción en tres países y activo en todo el mundo. Muchas cosas han cambiado, pero hay algo que siempre ha permanecido igual: los valores de la empresa y el aprecio por las personas en el que se basa la compañía.

De la rueda dentada al trébol

El mapa político del mundo y la agricultura han cambiado enormemente en los últimos 150 años, y también lo ha hecho PÖTTINGER. El ambicioso fundador de la empresa, Franz Pöttinger, construyó las primeras máquinas agrícolas con la ayuda de unos pocos ayudantes de su familia inmediata. A principios de siglo, las exportaciones se limitaban a las provincias vecinas. Cuando su hijo Alois Pöttinger se hizo cargo de la empresa en 1909, ya contaba con 10 empleados. El primer logotipo de la empresa incluía una espiga de grano y las iniciales A y P, que significaban Alois Pöttinger. No fue hasta 1971 cuando se adoptó el trébol de la suerte de cuatro hojas como nuevo logotipo de la empresa. Desde entonces, se ha ido desarrollando y adaptando a lo largo de los años.

La identidad de la marca de una empresa suele incluir nombres de productos pegadizos, que en PÖTTINGER se toman principalmente del mundo animal: Desde el poderoso JUMBO (elefante) y el enérgico TORRO (toro) hasta el imbatible LION (león) y el astuto FOX (zorro). Una serie especial de desarrollos de productos en los años 80 fue la nueva generación de segadoras con el nombre de CAT, cuando se estrenó mundialmente el musical del mismo nombre. La segadora de maíz PÖTTINGER se llama MEX, y la palabra mexen ("to mex") se impuso en alemán y es ahora un término común entre los agricultores. 

La tercera generación también se puso a trabajar con valentía y el necesario espíritu empresarial. En 1958, alcanzaron el equivalente al primer millón. El volumen de negocio total en aquella época era de 1,4 millones de euros, de los cuales sólo el 7% procedía de la exportación.

Entrando en una nueva era

En 1960 se construyó la primera fase de ampliación de la actual planta principal de Grieskirchen, que proporcionó a unas 300 personas un lugar de trabajo moderno. Ya entonces había un comedor de empresa para los empleados. En 1970, PÖTTINGER contaba con más de 800 empleados y generaba un volumen de negocio equivalente a 22,5 millones de euros, de los cuales aproximadamente un tercio correspondía a exportaciones. En 1991 -en un periodo económico muy difícil- Heinz y Klaus Pöttinger tomaron el timón como cuarta generación. Durante dos décadas y media, los hermanos dirigieron la empresa, impulsando la internacionalización y sentando las bases del éxito actual. Cuando Klaus y Heinz Pöttinger se retiraron de la dirección operativa, los directivos de la empresa tomaron el timón por primera vez en 2016.

En la actualidad, la empresa cuenta con casi 2.000 empleados de 36 países diferentes y genera un volumen de negocio de 405 millones de euros, con una cuota de exportación de casi el 90%.

Honrar el pasado - ser el futuro

A lo largo de los últimos 150 años, siempre ha habido un empresario que se ha enfrentado a nuevos retos. Franz Pöttinger y las generaciones siguientes han buscado nuevas formas de resolver las tareas que se les planteaban con mucho valor y talento. Por ello, PÖTTINGER ya no es una empresa de fabricación de maquinaria puramente mecánica. PÖTTINGER es una empresa de alta tecnología, las máquinas son muy complejas y los sistemas de gestión de datos ofrecen soluciones fáciles de usar. "En nuestro viaje a través del tiempo desde 1871 hasta 2021, hemos cruzado muchas montañas y valles, que siempre hemos navegado con éxito y de forma reflexiva. Continuaremos este viaje con empuje y entusiasmo para mantener el rumbo del éxito", afirma Gregor Dietachmayr, portavoz del equipo directivo, resumiendo la larga historia de éxitos con una perspectiva motivadora para el futuro. Con 150 años de experiencia técnica y empresarial, la empresa familiar está perfectamente preparada para afrontar los numerosos e importantes retos y tareas que le depara el futuro.